sábado, 21 de febrero de 2009

La Argentina ya no es más emergente, sino un mercado de frontera

Las acciones y bonos argentinos ostentarán, a partir de mayo, el inaudito y funesto privilegio de ubicarse en el grupo de los mercados más esquivos y poco recomendables del mundo para invertir.

La banca Morgan Stanley anunció oficialmente que el mercado de capitales argentino
será retirado del índice más representativo que mide la actividad de los mercados definidos como “emergentes”: el MSCI Emerging Markets. A su vez, señaló que la Argentina entrará a partir de mayo de en la categoría “mercado de frontera”.

La noticia no luce nada bien. Cuando un mercado figura en esta categoría, esto implica que explícitamente el país desalienta la entrada y la salida de capitales. Significa un “descenso”, en términos de inversión extranjera, porque le impide al país recibir los capitales.

Menor inversión, baja liquidez y una menor probabilidad a un rebote en los deprimidos precios de los papeles serían las consecuencias directas.

Mecánica ligera

En rigor, los grandes fondos de inversión del mundo que deciden en qué activos van a invertir, toman como referencia o benchmark al índice MSCI de Latinoamérica, que hasta ayer tenía menos del 1% de acciones argentinas y que, desde mayo, no tendrá ninguna. Este indicador, compuesto por acciones y bonos de toda la región, tuvo a la Argentina con una ponderación del 13 % en los 90.

Sin embargo, con el encaje del 30% a los capitales que impuso la actual administración Kirchner, la desaparición de las AFJP y la baja liquidez producto de la crisis financiera, el mercado argentino perdió el interés de los inversores. Hoy opera en promedio unos $ 300 millones entre acciones y bonos en la bolsa local sumado a unos u$s 100 millones en el MAE.

En la categoría de MSCI Frontier Markets, además de Argentina figuran países con características financieras como las de Ecuador, Jamaica, Costa de Marfil, Nigeria y Pakistán, entre otros. Poca liquidez, menor desarrollo de mercado, pocas compañías globales y serios riesgos institucionales conforman el abanico que caracteriza a los mercados de estos países.