miércoles, 8 de octubre de 2008

Alternativas Económicas al Neoliberalismo Flexibilizado Actual


Encontrar una alternativa viable al neoliberalismo no es fácil y lleva tiempo, sobretodo si tenemosen cuenta el desarme ideológico de lo que fuera la izquierda, su incapacidad para estudiar la nueva realidad y responder a ella, y la total confusión o deserción de la gran mayoría de los intelectuales.
¿Existen alternativas a la economía neoliberal? Tras repasar su origen y aplicación en nuestro país, se abordan tres perspectivas concretas: la corriente de la economía heterodoxa, la configuración de nuevas instituciones internacionales que fortalezcan el papel de las Naciones Unidas y el plan emergente al neoliberal que estructuraron en la Argentina.
1. Problema Central (Hipótesis)
El nuevo modelo económico, autodenominado neoliberalismo, no constituye un ‘pensamiento único’, por más que se venda en tal presentación, en tanto podemos encontrar alternativas (opciones viables) al mismo.
CONCEPTO: Neoliberalismo
El neoliberalismo surge en Europa y en Estados Unidos después de la segunda guerra mundial, es un ajuste de cuentas teórico y político con el estatismo y también con el cooperativismo y otras formas de economía social, así como con mecanismos que podríamos denominar duros de la redistribución del ingreso. Sus objetivos son en esencia los mismos que los del viejo liberalismo, pero el problema ya no es liquidar los privilegios, alcabalas internas, fueros, propiedades en manos muertas y otras instituciones del viejo régimen feudal y de los Estado-nación que de aquél se heredaron; la cuestión es ahora derrotar al Estado social en cualquier forma en que se presente y funcione.

Como política concreta, el neoliberalismo se inició en América Latina, más precisamente en Bolivia y en el Chile de Pinochet. ¿Cuál era la alternativa neoliberal en esos países? El combate a la inflación era colocado como el objetivo fundamental, como condición previa indispensable para retomar el crecimiento económico, la modernización tecnológica y la distribución de la renta. La lucha contra la inflación era la forma específica de luchar contra la presencia del Estado, al considerar que ésta era promovida por el Estado con la fabricación de moneda para cubrir el déficit, lo que llevaría igualmente a la reducción del gasto público y, con estas medidas, a la reducción de prestaciones de servicios por parte del Estado, particularmente a las capas más pobres de la población, justamente las que estaban en peores condiciones de disputar los reducidos recursos en manos de los gobiernos.

Luego, con la elección de Margaret Thatcher en Inglaterra y Ronald Reagan en Estados Unidos, el neoliberalismo fue asumido como modelo hegemónico por el capitalismo a escala mundial. Se generalizaron, gracias al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, las políticas de liberalización económica y financiera, con la desregulación, privatización, apertura de las economías al mercado mundial, precarización de las relaciones de trabajo y retracción de la presencia del Estado en la economía.
Cuando el neoliberalismo fue perdiendo impulso, sus políticas, inicialmente consideradas como las mejores, pasaron a ser consideradas las únicas, conforme al recetario del Consenso de Washington. No había alternativa, como si se tratase de un purgante necesario, que provoca daños en el organismo, pero se dice que las células que sobreviven están mejor.
El papel del FMI se transformó SUSTANCIALMENTE sin que se revisara su tratado fundacional ni sus bases originarias. Y de pronto vimos que cuando los gobiernos se encontraban con inflación alta, grandes déficit presupuestarios y de la balanza de pagos externos y el Fondo planteaba la concesión de préstamos a esos gobiernos para que pudieran seguir funcionando, ponía este unas CONDICIONES SOBRE COMO GOBERNAR ESE PAÍS, por muy fuerte que fuera el gobierno o por muy democrático que fuera. Y esto se daba cada vez que un gobierno tenía esos problemas, cosa muy frecuente en los países menos desarrollados del Sur con economías empobrecidas.

En esos casos, el FMI exigía y exige para conceder esos préstamos monetarios a los gobiernos que hagan una política neoliberal según el modelo llamado desde 1989 Consenso de Washington, que consiste en cumplir una serie de "mandamientos", tales como subir el precio del dinero (el tipo de interés) para bajar la inflación, bajar los impuestos al capital para que no se vaya a otro país, privatizaciones de empresas públicas y servicios públicos, etc. Y todo eso se plantea como una cuestión técnica de economía pura, no política y, por tanto, no discutible porque en las nuevas condiciones no hay alternativa. Es la única solución posible. De ahí que se le llame a eso " el pensamiento único".
Este modelo en curso significó mayor concentración de la riqueza y crecimiento de los márgenes de pobreza. Es decir, se trató de un modelo basado en una mayor desigualdad y dependencia; fue un esquema profundamente excluyente y generador de crisis recurrentes. El capital, así, está más lejos de representar intereses universales. Es por ello que su pensamiento o sus representaciones generalizadores de sus intereses particulares adoptan hoy un marcado autoritarismo intelectual, al que los franceses en forma aguda han denominado pensamiento único.
2. Desarrollo del Problema
Dos décadas después de su aparición, el balance del neoliberalismo no corresponde a sus promesas: la economía (en varios países y en la economía mundial en su conjunto) no retomó la expansión, la distribución de la renta empeoró, el desempleo aumentó sensiblemente, las economías nacionales quedaron sensiblemente fragilizadas, las crisis financieras se sucedieron. El neoliberalismo se apoyó en gran parte en el ciclo expansivo de la economía estadounidense, que funcionó como locomotora de la economía mundial, pretendiendo asumir (bajo la forma de una "nueva economía") una dinámica de crecimiento permanente, hasta que ese ciclo se agotó en 2001.

Después de ciclos de crisis regional, que comenzaron con la crisis mexicana en 1994, seguida por la crisis del sudeste asiático en 1997, por la rusa en 1998 y por la brasileña en 1999, se configuró un cuadro de agotamiento del neoliberalismo. En América Latina, mientras inicialmente los presidentes se elegían y reelegían conforme adoptaban políticas neoliberales, como sucedió con Carlos Menem, Alberto Fujimori y Fernando Henrique Cardoso, a partir de finales del siglo pasado comenzó a suceder lo contrario. Fernando de la Rúa en Argentina, Jorge Batlle en Uruguay, Alejandro Toledo en Perú, Sánchez de Losada en Bolivia, Vicente Fox en México, pasaron a tener el destino opuesto: la amenaza del fracaso si continuaba el mismo modelo económico.

En ese contexto de crisis económica y social -que al mismo tiempo debilitó los sistemas políticos- el neoliberalismo entró también en crisis ideológica, con el creciente cuestionamiento de los valores mercantiles, incluso por parte de organismos como el Banco Mundial y ex teóricos del neoliberalismo, que pasaron a reivindicar acciones complementarias por parte del Estado y formas compensatorias para remediar los daños sociales causados por aquellos valores.
Este nuevo modelo económico se procuró implementar sucesivamente mediante cinco políticas económicas, con sus respectivas consecuencias:
a. Liberalización comercial. La apertura de fronteras y reducción aduanal implicó una depreciación del tipo de cambio lo cual perjudicó directamente el salario real. Además, la devaluación generó desempleo.
b. Reforma fiscal. La más llamativa de las reformas. Pregona la reducción del déficit presupuestario, con lo cual bajaría la inflación (beneficio a clases bajas). A su vez, existe una menor necesidad de deuda, por lo que las tasas de interés real descienden, al igual que la inflación. Aunque lo anterior mejora la perspectiva de los salarios, la consecuencia directa es el aumento del desempleo, al liquidar empleos del sector público (privatización), lo cual se traduce en un crecimiento del sector informal.
c. Reforma al mercado laboral. La lógica de tener un mercado más flexible implica la reducción del salario real, pero ello no implica un aumento del empleo, por tanto sí incrementa el empleo informal.
d. Reforma al mercado interno de capitales. Básicamente se buscó la concentración de activos financieros (incluyendo fondos de pensiones) en manos privadas. A su vez, un incremento en la tasa de interés real presupone mayor bienestar por el desempeño en la Bolsa de Valores.
e. Entradas de capital extranjero. Mayores entradas de capital, incremento del ahorro externo, implica una caída de las tasas de interés real, además, el supuesto es que disminuya el desempleo (sector informal). Por último, una reevaluación del tipo de cambio significaría aumento en los salarios y disminución de la inflación.
A pesar de que el modelo consiguió su objetivo fundamental de reducir y controlar la inflación, de entre las consecuencias destaca, a corto plazo, la disminución del salario real y el aumento de la tasa de desempleo. Teóricamente, los beneficios de este modelo económico se basan en el supuesto de una aceleración del crecimiento del producto interno bruto. Pero, aunque cumpla esta premisa de crecimiento, el neoliberalismo concentra demasiado el ingreso.
El neoliberalismo, pues, no ha cumplido con las expectativas. Ya sea por su complejidad, lento crecimiento, aplicación parcial, sus consecuencias terminaron siendo perversas: aumentaron tanto la pobreza como la desigualdad de los países en los cuales se aplicó.
INFORMACIÓN Alternativas
a. Corriente Heterodoxa
Frente a la corriente de la economía neoclásica Guillén Romo expone una corriente denominada heterodoxa.
Mientras que el neoliberalismo se concentra en la demanda y el mercado de la moneda (por lo cual exige disminuir su demanda, desregulación y contención de la oferta monetaria), la corriente heterodoxa se aboca a la oferta, o sea, actuar sobre precios relativos y alentar la inversión. Entonces, como es eminentemente un conflicto distributivo, se habla de la necesidad de un contrato social que vincule tanto trabajo así como capital: el primero para que mediante políticas sociales se disminuya la desigualdad; el segundo con tal de reducir las inversiones especulativas y diseñar políticas redistributivas.
La base de esta política alternativa es meramente keynesiana. Así, en tanto la neoclásica se preocupa por la macroeconomía, la heterodoxa profundiza en la estructura de los precios relativos; si la primera tiene insuficiencias y problemas de productividad, la segunda propone un intervensionismo estatal, en la política industrial, para así fortalecer las burguesías industriales autóctonas; y donde el neoliberalismo tiene conflictos distributivos, los lineamientos alternativos buscan gravar ganancias especulativas, impuestos a las fortunas, combatir la evasión fiscal y crear seguros contra el desempleo.
La corriente heterodoxa se preocupa más por la pobreza, y como las causas estructurales de ella son el crecimiento económico y la desigual distribución del ingreso, una política alternativa buscaría el incremento del ingreso de las clases populares, mediante un aumento del empleo (y los salarios reales) conjuntamente a una mayor preparación escolar y más capacitación.
En virtud de que tales objetivos sociales y económicos dependen fundamentalmente de las fuentes de recursos de los gobiernos, la estrategia alternativa plasma tres opciones:
i. eliminar la ociosidad de la capacidad de producción instalada (desempleo humano, tierras, instrumentos de trabajo y maquinaria);
ii. una nueva renegociación de la deuda externa del sector público; y
iii. una reforma tributaria profunda, donde paguen más los que más tienen.
b. Organismos Internacionales
Circunscrito en una apuesta por el multilateralismo, los problemas económicos a nivel mundial pueden solucionarse gracias a la reestructuración del marco institucional actual, lo cual implica eliminar las instituciones surgidas de Bretón Woods: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, para así fortalecer los poderes compensatorios del sistema de Naciones Unidas.
Por ejemplo, frente a la Organización Mundial de Comercio, se propone reposicionar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), con tal de ser vocero de la autodeterminación económica de los países del sur. Junto a ella, se sugiere la creación de nuevas instituciones globales:
• El Tribunal Internacional de Naciones Unidas para la Insolvencia. El alivio de la deuda (una de las venas abiertas de América) es la respuesta adecuada a la permanente crisis de la deuda de los países pobres. Este organismo establecería limitaciones estrictas de la adquisición de nuevas deudas internacionales, y ofrecería las orientaciones para la regulación financiera y la gestión comercial con las que se pretende mantener el equilibrio de las cuentas corrientes.
• Organización Financiera Internacional de Naciones Unidas. Conseguiría y mantendría el equilibrio y la estabilidad en las relaciones financieras internacionales, librar a las finanzas globales de las distorsiones de la deuda internacional y el dinero basado en la deuda, fomentar la inversión interior productiva y la propiedad interna de los recursos productivos, y emprender en el ámbito internacional las acciones necesarias para ayudar a los países y a las localidades a crear unos medios de vida equitativos, productivos y sostenibles para todos.
• Fondos monetarios regionales. Proporcionan unos créditos de respuesta rápida, de emergencia y a corto plazo en caso de un déficit de moneda extranjera imprevisto.
• El Tribunal de Naciones Unidas para Conflictos Comerciales. El comercio es un medio, no un fin; la expansión del comercio por sí misma no es una meta; y la responsabilidad de negociar y obligar a cumplir unas normas comerciales debería estar en organismos que comprendan esta distinción.
• La Organización de Naciones Unidas para la Responsabilidad Corporativa. Después de la especulación financiera, la mayor amenaza económica para el bienestar de las personas y el planeta es el crecimiento y el abuso del poder corporativo no controlado. Prácticamente no existe mecanismo alguno a nivel internacional que aborde este peligro, y las instituciones de Bretón Woods continuamente intentan bloquear las acciones correctoras en los niveles nacionales.
c. El Plan Fénix
En Argentina por la profunda crisis del 2001/2002, diversos economistas, se dieron a la tarea de elaboran un plan alternativo al neoliberal con tal de, como su nombre lo indica, renacer de las cenizas. Las estrategias que diseñaron están orientadas a la búsqueda de la reactivación económica, mediante enfoques que buscaron su logro en el plazo más breve posible. Muchas de estas medidas fueron aplicadas , aunque no con la profundidad necesaria.
Instrumentos de política
Medidas de corto plazo
• Promover actividades empleo-intensivas y socialmente deseables (construcción masiva de viviendas para los sectores de menores ingresos y el refuerzo de la infraestructura básica);
• Promover oportunidades de empleo en los servicios a la familia (sistemas de cuidado infantil, cuidado domiciliario de ancianos, promoción de salud en terreno y actividades comunitarias);
• Seguro de empleo y formación para los desocupados;
• Reformulación del sistema financiero local y la disponibilidad de mayores recursos fiscales;
• Reforma impositiva global que, en esencia, penalice la riqueza fácil y estimule la orientación de los recursos a la inversión productiva;
• Negociar los servicios de la deuda, una quita de los montos de capital adeudado, que se complemente con una rebaja de las tasas de interés y un período de gracia de varios años;
• Se debe tender a la disminución progresiva del IVA como tasa general y fijar tasas diferenciales con reducciones sustantivas en los productos de primera necesidad;
• Reducir las tasas de interés, mediante una reducción de los encajes compatible con la vigencia de las normas técnicas, la afirmación del peso como la moneda de intercambio nacional y el tratamiento de la oferta de crédito como un bien público;
Medidas de mediano y largo plazo
• Deuda y financiamiento externo: Reprogramar por un plazo adecuado los pagos pasivos externos. Para el período inicial, se propone negociar un paquete plurianual de créditos conforme con las posiciones del G-7 y de los organismos internacionales, orientado a facilitar el financiamiento de las importaciones necesarias para el programa de crecimiento económico.
• Economías regionales: Se propone el lanzamiento de un programa nacional de apoyo y reconversión de las estructuras productivas del interior del país, con especial preferencia dirigido hacia el segmento de la pequeña producción rural y urbana. En cada economía regional se propone organizar un consejo nacional de transformación productiva con equidad social con participación del estado nacional, los estados provinciales, las universidades, los organismos de ciencia y tecnología y los productores.
• Empleo, desempleo y marginación social: Las políticas de carácter más activo, como los subsidios al empleo privado y los programas de generación directa en el sector público, así como los de entrenamiento y capacitación, también deben estar destinadas a mejorar la posibilidad de que los grupos más postergados obtengan empleo. Desarrollar estrategias de reescolarización en el sistema educativo formal de los desocupados. Instituir un amplio seguro de desocupación y medidas de apoyo directo que aseguren a la población acceso a la educación, la salud y, en general, a la satisfacción de sus necesidades básicas.
• Estructura y dinámica productiva argentina: Forjar una estrategia de aliento general a la mayor producción y la productividad que abarque las interrelaciones entre la industria, el agro y las demás ramas de la economía. Las medianas y pequeñas empresas deben recibir apoyos organizativos y técnicos que posibiliten su desarrollo y modernización, con condiciones de financiamiento apropiadas.
Globalización y desarrollo nacional.
• Política internacional: Remover la dependencia externa mediante la mejora de los precios relativos de la producción argentina y su competitividad, el fomento de las exportaciones, la defensa del mercado interno (que en la mayoría de las economías exitosas constituye el principal destino de la producción de bienes y servicios) y el aumento del ahorro interno (que financia la mayor parte de la acumulación de capital). Fortalecer y ampliar el MERCOSUR a través de políticas comunes en los planos económico, diplomático, social y tecnológico.
• Moneda y crédito: Recuperar la moneda local y la posibilidad de ejercer políticas monetarias y crediticias autónomas y responsables que den sustento a la transformación social y productiva buscada. Establecer controles sobre los flujos externos de capital que permitan reducir los efectos de las crisis financieras internacionales, con potencialidad para reducir los riesgos de iliquidez.
• Política cambiaria y sus condiciones previas: El abandono de un tipo de cambio de cambio fijo -cualquiera sea el camino que se elija- requiere, entre otras, de las siguientes condiciones previas y simultáneas: aumento del nivel de reservas hacia el promedio del año 2000; reordenamiento y saneamiento de las cuentas públicas; un sistema de seguro de desempleo que coloque a todos los hogares por encima de la línea de pobreza y un salario mínimo equivalente; renegociación de la deuda con quita y suspensión del pago de intereses; aumento de las protecciones efectivas relativas de las manufacturas más diferenciadas; imposición de retenciones a las exportaciones con fuertes ventajas comparativas presentes, tales como petróleo y energía; medidas para reducir la apertura financiera tales como imposición a las operaciones de moneda y fiscalización por el BCRA; compensación de efectos de la depreciación sobre los saldos de deudas y créditos de sectores de ingresos medio-bajos y pequeñas empresas.
• Política comercial y externa. MERCOSUR y ALCA: En cuanto al MERCOSUR, es preciso preservar la unión aduanera y negociar conjuntamente, formular soluciones para los pocos sectores conflictivos y llevar a la práctica proyectos de integración conjunta en áreas de nueva competitividad. Se debe concretar a la brevedad un acuerdo con la comunidad andina como paso para la constitución de un área de libre comercio para América del Sur.
• Política fiscal: Implementar técnicas de presupuestos por programas, resultados y base cero; jerarquizar el organismo que elabora y coordina la confección y posterior control de gestión del Presupuesto de la Administración Pública Nacional; recuperar los organismos de Administración Fiscal virtualmente desmantelados; implementar un régimen unificado de control de las empresas privatizadas con participación de las universidades y de los usuarios; elaborar programas racionales y permanentes de lucha contra la evasión.
• Producción tecnológica y competitividad internacional: Se debe desarrollar e inducir la utilización de tecnologías con mayor valor agregado doméstico e ingeniería local; agregar valor y manejo ecológicamente sustentable a los recursos naturales; inducir la difusión de tecnologías de la información; desarrollar los sectores productores de software y de una industria local de contenidos; articular el sistema nacional, regional y sectorial de innovación; desarrollar capital humano y favorecer el reciclaje de la fuerza laboral; implementar políticas de creación de nuevas ventajas comparativas en industrias asociadas con el uso de nuevas tecnologías.
Reformas institucionales y políticas.
• El rol del Estado: El Estado sigue siendo la máxima instancia de articulación social. Es necesario lograr un mejor Estado, tecnológica y culturalmente más avanzado, que contemple el fortalecimiento de aquellas instituciones y programas que promuevan nuevos equilibrios en los planos de la redistribución del ingreso y el poder social y que priorice los necesarios cambios en las instancias subnacionales, incluyendo mecanismos de participación ciudadana en los distintos niveles, en el marco de un replanteo del rol y la agenda del Estado, así como de sus relaciones con la sociedad civil.
• Regulación de los servicios públicos y concentración económica: Se debe promover, y aun forzar, patrones de comportamiento empresario que se asemejen, en todo lo posible, a los esperables en mercados eficientes, como un ineludible mecanismo en materia de regulación de monopolios naturales, sancionando y aplicando normas antimonopólicas específicas.
• Política y vida social frente a las propuestas de cambio en la economía: La transformación fundacional requerida para ponernos de pie requiere la conformación de una nueva coalición social que refleje al mismo tiempo la voluntad de superación de la crisis y la formalización de una nueva identidad que debemos construir entre todos. Esta coalición debe integrar aquellos sectores que encarnan la producción, provenientes del trabajo y del capital, y a las actividades esenciales que hacen que nuestra sociedad continúe funcionando.
El consenso social determinará el grado de intervención del Estado
y del mercado en la asignación de los recursos y la distribución de la riqueza.
3. Conclusiones
Tres perspectivas económicas alternativas bastan para echar por tierra la idea de un ‘pensamiento único’. Como se mencionó al inicio del trabajo, el neoliberalismo surge como oposición a la economía social y pública. De ambas, en nuestro país, la primera se encuentra prácticamente en ruinas, siendo que
Al desarrollo económico nacional concurrirán, con responsabilidad social, el sector público, el sector social y el sector privado (...) La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y la expansión de la actividad económica del sector social: de los ejidos, organizaciones de trabajadores, cooperativas, comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores y, en general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios.
En Europa y demás países desarrollados, la economía social representa una alternativa tangible y generosa a las condiciones de vida de vastos sectores poblacionales. Si se les reconsidera en su justa medida, mecanismos de la economía social tales como el Fomento Cooperativo pueden servirnos como alternativa, una más de todas las posibles, al liberalismo social, aquel neoliberalismo que se avergüenza de serlo.

2 comentarios:

creer ser crecer dijo...

muy claro y precisa tu publicación.

creer ser crecer dijo...
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