jueves, 23 de octubre de 2008

Las AFJP, otro fracaso

No son operadores bursátiles, desconocen los caprichos de la ruleta financiera, los índices FTSE, CAC, Nasdaq o Bovespa pueden resultarles jeroglíficos, pero sufren las consecuencias de la crisis de los mercados de manera directa. Los jubilados argentinos que optaron por una AFJP y quienes están próximos a retirarse por ese sistema son los primeros damnificados directos del crack global. El dinero acumulado con esfuerzo durante años en sus cuentas de capitalización se desvanece sin que puedan hacer nada al respecto. Son las reglas del juego. Quien le confió la plata para su vejez a una AFJP sabe que la destrucción de riqueza durante una crisis es inevitable, y con ello sus ingresos se ven afectados. Unidos Desde que Estados empezó a derrapar, en julio de 2007, los fondos administrados por las AFJP registraron ocho meses de caídas, a los que se sumarán los golpes más duros de septiembre y el mes en curso, cuando la debacle alcanzó dimensiones históricas. La rentabilidad real (descontada la inflación) de las inversiones realizadas por esas compañías va pareja: en ocho meses de este año anotaron ocho caídas, y se vienen dos más.

El 54 por ciento del dinero que las AFJP juntaron de sus afiliados está invertido en títulos públicos argentinos, el 11 por ciento en acciones locales y otro 10 por ciento en acciones y fondos extranjeros, mientras que los depósitos a plazo fijo concentran sólo el 6 por ciento de los fondos administrados.

¿Qué implica que caiga la rentabilidad en términos reales? Que la plata que tiene cada afiliado para su jubilación rinde cada vez menos. El segundo argumento es que hay que fijarse en la rentabilidad histórica, y no en períodos parciales de malos rendimientos. En este caso, señalan, la rentabilidad histórica nominal es del 14,15 por ciento, y la real, del 8,0 por ciento. Esta defensa esconde un elemento central: que la rentabilidad histórica va cayendo a medida que madura el sistema. De hecho, la rentabilidad nominal hace un año era del 18,05 por ciento y la real, de 9,9.

Esto ocurre más allá de la crisis actual de los mercados, que sólo aceleró el proceso. Para cualquier sistema previsional, incluido el de capitalización, la rentabilidad inicial es muy alta porque sólo recauda dinero de sus afiliados, sin la carga de pagar jubilaciones. Con el paso de los años, la relación se va equilibrando y finalmente se invierte: hay más jubilados que aportantes. En ese momento, como el sistema –en este caso, las AFJP– tiene que desembolsar recursos, el margen para operar se acota. Está obligado a desprenderse de acciones y bonos para hacerse de efectivo incluso en tiempos de crisis, dinero que utiliza mes a mes para liquidar haberes. Los sacudones financieros como el presente son cada vez más lesivos para el sistema por esta cuestión. De lo argumentado se deduce que este sistema estaba condenado al fracaso. Dentro de unos años quebrará también los sistemas de jubilaciones y pensiones de los EEUU.

La desvalorización de los fondos impacta de lleno en quien está próximo al retiro por una AFJP, ya que su cuenta se achica. Si decide comprar en este momento una renta vitalicia, que le asegura ingresos de por vida, le alcanzará para una jubilación mucho más baja. No es lo mismo comprar una renta con 100.000 pesos que con 90.000, por dar un ejemplo. Su otra opción es quedarse con un retiro programado, esperando a la normalización de los mercados. Según un informe de la propia Unión de AFJP, en 1998-1999 y 2001-2002, los dos períodos anteriores en que también cayó la rentabilidad por crisis financieras, fueron necesarios 13 meses para volver a los niveles previos a la crisis. Sin embargo, durante ese período el jubilado fue consumiendo su cuenta con los haberes de cada mes.

Desde que nacieron las AFJP, en 1994, hubo varias crisis financieras: el Tequila en 1995, la asiática de 1997, la rusa de 1998, la brasileña de 1999, la argentina de 2001-2002 y ahora la de 2007-2008. Durante 9 meses en 1998-1999 y otros 9 meses en 2001-2002, la rentabilidad de las AFJP fue también negativa.
Son cerca de $98.000 millones los acumulados desde la creación del régimen de jubilaciones privadas, mientras que los aportes mensuales suman otros $1.000 millones. Lo que me preocupa es que este gobierno, muy poco serio, despilfarre este dinero para afrontar gastos actuales como los vencimientos de la Deuda Pública y que en el futuro no exista una pensión mínima para los jubilados.

El Neoliberalismo es y ha sido incapaz de crear algo socialmente productivo.

3 comentarios:

Lic. Nicolás Pepicelli dijo...
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ARGENTINA GLOBAL dijo...
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ARGENTINA GLOBAL dijo...
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